Es una de las plantaciones más extensas del mundo del vino y, en La Rioja, alcanza una superficie de plantado importante. La uva garnacha es, quizás, una de las más representativas de los vinos de esta zona de España. Una de las uvas protagonistas no solo de los tintos sino, también, de los rosados. Una práctica habitual en bodegas de España y Francia, especialmente, que responde a la versatilidad propia de la uva.
Y no es para menos: una de las grandes bondades de esta variedad de uva es que confiere a los vinos elaborados a partir de ella unas características muy personales. Mucha fruta, personalidad (cuenta con altos niveles de azúcares), buen cuerpo, aromas especiados y sabrosa.
Quizás por estos factores o por la elegancia que confiere a los vinos, la uva garnacha es una de las uvas en auge en los últimos años. Algo que, en La Rioja, no es una novedad sino más bien parte de su tradición vitivinícola.
¿De dónde es autóctona la uva garnacha?
Curiosamente, y a pesar de ser uno de los emblemas de la tierra de La Rioja, la uva garnacha se podría catalogar como una de las uvas viajeras por excelencia. Oriunda de Aragón, vivió una singular expansión en los territorios propios de la entonces Corona: tanto Cerdeña como el Rosellón francés cuentan con amplias extensiones de uva garnacha plantada todavía en la actualidad.
La llegada de la uva garnacha a La Rioja se produjo de manera tardía
No sería hasta finales del XIX cuando se instalaría definitivamente en los campos riojanos. Un hecho que llegó acompañado de la replantación a la que se sometió la zona tras la epidemia de filoxera. A pesar de su tardía adaptación a la tierra riojana, en poco tiempo se convirtió en una de las uvas por excelencia del vino de la zona. La uva garnacha pasó, así, a conformar parte del paisaje vinícola de La Rioja por su increíble adaptación a las condiciones (climatológicas y de suelo) de esta zona de España. Una uva agradecida y con un potencial increíble para la elaboración de vino.
Pero, más allá del territorio nacional, la uva garnacha también ha conquistado otros viñedos de manera histórica. Australia cuenta con una de las mayores extensiones de uva garnacha del mundo. Una uva que llegó en el siglo XVIII y que, hasta 1960, era la protagonista absoluta de los viñedos del país. Un protagonismo que también vivieron en el siglo XIX los viñedos de California, que apreciaron especialmente dos características propias de la uva garnacha: su increíble capacidad de soportar calor y sequía, y el alto rendimiento de las vides.
Una uva apreciada a nivel mundial de la que da debida cuenta su extensión (es el tercer tipo de uva más plantado en el mundo). Una uva presente, también, en nuestra Finca El Estanque y en algunos de nuestros caldos.