Carlos Serres

Historia del vino de Haro

La relación de Haro con el vino forma parte de su histórico y de su presente. Una historia marcada por su tradición pero, también, por un momento determinado de sus crónicas: la llegada de los bodegueros franceses que buscaban un plan alternativo al ataque de la filoxera en el país galo.

Sin embargo y a pesar de ese hito de sus efemérides, la historia del vino de Haro se remonta mucho más atrás. Tanto que bien podría decirse que, desde los inicios del asentamiento del hombre en la tierra de Haro, el vino ha estado unido a su día a día. Una realidad que se fundamenta en el hecho de que las tierras jarreñas cuentan con todos los ingredientes necesarios para convertirse en cuna y casa de la vid.

Pero veamos cómo ha sido la evolución de esta relación. Cómo el vino ha formado parte de la historia de este municipio hasta cobrar el título honorífico que hoy todavía ostenta: la Ciudad del Vino.

ÉPOCA DE MODERNIZACIÓN

Más allá de sus muchos siglos de elaboración tradicional del vino, Haro vivió una época de modernización que primero fue casual y luego intencionada.

Comencemos por la casual. Por ese episodio que es un hito de su historia, y que convirtió a Haro es la alternativa a la Borgoña francesa por cosas de la naturaleza. La plaga de filoxera sería la culpable de arruinar el viñedo francés, y hasta Haro llegó un peregrinaje constante de bodegueros del país vecino que buscaban una alternativa para su actividad vitivinícola.

Barrio de la Estación de Haro

El municipio, que ya contaba con una amplia trayectoria relacionada con el vino si bien no era muy conocida más allá de las fronteras de La Rioja, vio así cómo sus tierras comenzaban a ser codiciadas. Una oportunidad que no solo sentó las bases de una época económicamente próspera para Haro sino que, además, sería el fundamento para que todavía hoy la ciudad cuente con la mayor concentración de bodegas centenarias del mundo.

Este crecimiento llamaría la atención de las autoridades de la época, que verían en el significativo aumento de la actividad de Haro una oportunidad de abrir las puertas de La Rioja para la exportación del vino. Sería así como las tierras de Haro verían llegar el ferrocarril. Un caballo de metal disputado con otros municipios, y que llegó a sus tierras para convertir la ciudad en un referente del vino.

Shells in Haro

Y es que ganar este lugar en el mundo del vino no se debió solo a la capacidad de llevar los caldos de Haro por todo el territorio nacional. Más bien, el ferrocarril fue un impulso para hacer que la calidad del sabor de esta tierra fuera conocida allende sus fronteras. Algo que dio lugar al llamado Barrio de la Estación que, todavía hoy, forma parte del trazado de la ciudad.

TURISMO ENOLÓGICO DE HARO

Y si la tierra de Haro es cuna del vino, el municipio no podía ser menos. Es tal su pasado y su historia que la ciudad se ha convertido en un auténtico destino para quienes quieren conocer más de una de las épocas más singulares de Haro.

Así, Haro ha visto cómo muchos de sus visitantes buscan sentir en el presente ese pasado glorioso de la ciudad. Algo sencillo de vivir desde que se pone un pie en su centro, y caminar por él supone encontrarse con el museo vitivinícola de estatuas en honor al vino que forman parte de su paisaje urbano como si se tratara de unos habitantes más. Vinateros, hortelanos o alpargateros son algunos de los oficios que cobran vida en las calles de Haro para dar cuenta al visitante de cómo fue en su pasado.

Atribución | Haro Turismo

Otro imprescindible que también honra al pasado vitivinícola de la ciudad es la ruta de los palacios de Haro. Una forma de conocer su pasado más glorioso, sencillamente caminando por la ciudad.

Y es que Haro bien merece una visita, un buen paseo y un par de vinos. La única manera posible de vivir la esencia de una ciudad en la que, todavía hoy, el vino es protagonista absoluto.