Es la uva de las mil caras y el símbolo por excelencia de una tierra de vinos como es La Rioja. Llamada por algunos la viña noble, la uva tempranillo es considerada popularmente como la uva española por excelencia.
Perfecta para vinos intensos, esta uva de calidad supone uno de los cultivos más extensos en el mundo del vino aunque, en otros lugares, su nombre no conserva su significado original (la uva que madura pronto) ni da lugar a vinos similares (su sabor y aroma varían según el clima en el que crezcan las vides).
Es su versatilidad lo que ha hecho que esta uva de La Rioja haya sabido cautivar, incluso, a tierras con tradición en la producción de vino tan como célebres como Francia, Portugal o Argentina.
LA UVA AUTÓCTONA DE LA RIOJA
A pesar de su difusión tanto por el territorio vinícola español como por otras tierras de vinos, la uva tempranillo es una uva autóctona de La Rioja. Su peso e importancia en los caldos de esta tierra hacen que la superficie cultivada de esta uva supere las 31.000 hectáreas en la Rioja. Una extensión que significa que el 61% de sus tierras de vides están ocupadas por esta uva de calidad.
Porque eso, la calidad, es precisamente lo que ha encumbrado esta uva que durante muchos años se presumía familia de otra uva de calidad, la pinot noir. Sin embargo, recientes estudios genéticos descartan que esta uva de La Rioja esté emparentada con la vecina francesa, si bien es cierto que ambas se utilizan para elaborar vinos estilo bordelés.
El peso e importancia de la uva tempranillo se evidencia en la producción de vino de nuestro país: 28 de las 54 Denominaciones de Origen de España incluyen esta uva de maduración temprana entre sus cultivos. Un hecho que revalida su importancia en la elaboración de vinos intensos y con carácter.
CARACTERÍSTICAS DE LA UVA TEMPRANILLO
Pero ¿qué tiene esta uva de La Rioja para ser imprescindible en nuestros vinos de hoy con Historia?
Con un fruto esférico y oscuro, esta uva autóctona encuentra en La Rioja su lugar ideal de cultivo: alta insolación y temperaturas nocturnas muy frías que ayuden a madurar la uva. Gracias a estos factores, es posible conseguir altos niveles de azúcar y pieles gruesas que ayudan a mantener esta intensidad de color durante el proceso de elaboración de vino, dando lugar a caldos de rojos intensos que pueden ser, incluso, a púrpuras.
Más allá de su colorido y de su capacidad de maduración temprana, su principal atractivo son las características que aporta en la elaboración de vino. Por un lado, su capacidad de envejecimiento postula los caldos con esta uva de calidad como perfectos para ser el proceso de crianza en barrica de roble.
Algo a lo que hay que sumar un carácter frutal que, mientras en vinos jóvenes se traduce en frutos del bosque, se transforma en notas de frutos secos cuando se trata de criados.
Una uva perfecta para crear vinos complejos, ricos en matices y de acidez media. Una que, independientemente de dónde se cultive, es uno de los símbolos vivos de La Rioja.