La tradición bodeguera de la que goza La Rioja Alta ha alcanzando cotas de renombre internacional. La producción de sus caldos destacan sobremanera y se ha asentado como una de las zonas con más importancia enológica.
Para los amantes del buen vino no es una tarea muy difícil situar en el mapa la Comunidad Autónoma de La Rioja. Conocida por su calidad y el renombre de sus caldos, su Denominación de Origen es un valor añadido para todos aquellos que disfrutan maridando su producción vinícola.
Compuesta por tres zonas bien diferenciadas (Rioja Alta, Baja y Alavesa) se extiende a lo largo del valle del Ebro y del Sistema Ibérico. Pero, más que por su composición geográfica o porque su capital sea Logroño, La Rioja es muy conocida por la producción de unas uvas de fama internacional.
LA RIOJA ALTA ES ZONA VITIVINÍCOLA POR EXCELENCIA
Entre ellas, destaca la importante vinculación vitícola y de tradición bodeguera de la que goza La Rioja Alta, en la parte más occidental de la comunidad. Hablar de esta región supone evocar algunos de los mejores vinos de una tierra íntimamente ligada a la vid y a su fruto.
Emplazada al oeste de Logroño y compuesta por los municipios situados junto a los cauces de los ríos Oja, Najerilla y Tirón, alberga las comarcas de Haro, Santo Domingo de la Calzada, Nájera, Ezcaray y Anguiniano, de importante tradición bodeguera.
Algunos la califican como el corazón de la Rioja, no en vano nacieron en ella bodegas históricas y con importante raigambre en la producción vinícola. Sus suelos, formados por una mezcla de arcilla y caliza, alimentan una importante profusión de viñedos que se sitúan entre los 500 y los 800 metros.
La historia de la Rioja Alta recoge una larga y variada tradición de vinificación. De hecho, su vinculación a la vid se encuentra ya referenciado en documentos que datan del año 873. Desde entonces, no ha hecho sino crecer y afianzarse llegando a representar más del 30% de las tierras cultivadas en La Rioja, consolidándose como la región con más viñedos respecto a superficie cultivada y siendo una de las que más producción vinícola aporta.
LA RIOJA ALTA TIERRA DE BODEGAS CENTENARIAS
Más allá de ser una tierra de tradición milenaria, La Rioja Alta se vio beneficiada a finales del siglo XIX por la llegada de bodegueros y enólogos franceses que recalaron en España buscando zonas aptas para la plantación de la uva. Junto a los españoles suplieron las carencias técnicas existentes en España en la época y dieron paso a una prolífica relación que permitió el asentamiento de bodegas antiquísimas que, hoy en día siguen produciendo grandes vinos.
Tal es la historia de la zona que no solo contribuyó a convertirse en territorio de fama mundial que da vida a los vinos más buscados. Además, su pasado es todavía hoy presente: sin ir más lejos, Haro cuenta con en su haber con el reconocimiento de contar con la mayor concentración de bodegas centenarias del mundo.
Pero, más allá de su historia, La Rioja Alta ha ido más allá de la mera elaboración y comercialización de vino, asentándose como punto de origen y destino de los apasionados de este mundo enológico.