La significativa vinculación que tiene la ciudad de Haro con la industria vinícola, albergando alguna de las bodegas más antiguas de La Rioja (como la de Carlos Serres, que data de 1896), le ha valido el más que merecido sobrenombre de “Ciudad del Vino”.
El importante peso del entramado bodeguero del que goza Haro la sitúa en el mapa como una de las localidades más importantes en lo que a vinos de calidad se refiere.
Las más de 600 hectáreas que los habitantes jarreros tienen destinadas hoy en día al cultivo de la vid encuentran su expresión en un vino de calidad y de fama internacional.
VINO DE CALIDAD Y FAMA UNIVERSAL
Haro ha contado siempre con las condiciones idóneas para que sus vinos sean máxima representación de la Denominación de Origen Calificada Rioja. Sus suelos calcáreos y arcillosos y su clima parecían predestinar ya a Haro a convertirse en uno de los centros neurálgicos de la industria vitivinícola.
Un vínculo que, iniciado allá por el siglo XIV, se ha ido afianzando con el paso de los años hasta dar forma a una ciudad volcada en sus bodegas y en todo lo que tenga que ver con un embotellado de fama universal.
De hecho, hoy en día Haro recibe miles de turistas al año interesados en conocer más de esta cultura de cata y gastronomía. Visitantes que, después de probar su importante patrimonio enológico, sólo tienen deseos de revivir la experiencia. Algo posible desde cualquier lugar del mundo gracias a sus vinos.
INDUSTRIA FUNDAMENTALMENTE VINÍCOLA
El peso adquirido por Haro durante todos estos años -desde antes de que fuera elegida en 1892 como centro vitivinícola de la zona- se refleja en una elaboración de vinos de calidad, convertida en la principal actividad económica de los jarreros. Siendo sus bodegas uno de los atractivos turísticos más significativos.
El motor económico que supone la enología para Haro ha animado a sus habitantes a organizar numerosos recursos turísticos con el objetivo de que la vivencia del peregrino del vino sea completa. Buscan aportar al visitante algo más que la visita a la bodega o el disfrute gastronómico y cata de los mejores vinos de España; algo con lo que competían ya otras ciudades cercanas.
Por eso en Haro es posible, además, visitar la Estación Enológica (que data de 1892, y que en 2007 se completó con la creación del Centro de Interpretación del Vino de Rioja), disfrutar del Carnaval del vino, la semana del pincho y el vino o de la mundialmente conocida Batalla del Vino; designada Fiesta de Interés Turístico Nacional y que, sólo el año pasado, dejó en Haro más de 10.000 visitantes procedentes de 50 países distintos.
Haro, Ciudad del Vino, y, sobre todo, guardiana de las esencias del Rioja y de su cultura. Ejemplo mundial y huésped de la mayor densidad de bodegas centenarias por metro cuadrado de toda Europa.
Pingback: Haro: donde crecen nuestras viñas
Pingback: La relación entre Haro y Francia | Carlos Serres
Pingback: Qué debes de saber sobre las bodegas de Haro - Carlos Serres
Pingback: Qué hace grande a las bodegas de Haro - Carlos Serres
Pingback: Historia del vino de Haro - Carlos Serres
Pingback: Haro, referente del vino español - Carlos Serres
Pingback: El enoturismo: una manera distinta de viajar - Carlos Serres
Pingback: Rutas gastronómicas de Haro - Carlos Serres
Pingback: Gastronomía de Haro: imprescindibles de una visita - Carlos Serres
Pingback: Cinco planes para saborear Haro en Semana Santa - Carlos Serres
Pingback: Cuatro planes para saborear Haro en Semana Santa - Carlos Serres
Pingback: Tierras del Ebro: carácter, sabor e Historia - Carlos Serres
Pingback: Viñedos desde las alturas - Carlos Serres
Pingback: Fiestas de San Juan, San Felices y San Pedro - Carlos Serres
Pingback: Una escapada por la Sierra de Toloño - Carlos Serres
Pingback: Fiestas de la Vega, tradición y diversión en Haro - Carlos Serres
Pingback: Carnaval del Vino de Haro: una celebración que no te puedes perder - Carlos Serres
Pingback: Los Riscos de Bilibio - Carlos Serres