Carlos Serres

El uso de drones en viticultura

La viticultura o cultivo de la vid es uno de los oficios más antiguos que existen. Una forma de labranza tradicional que se ha transmitido, de generación en generación, a lo largo de los siglos y que, a pesar de la modernidad, conserva buena parte de esta esencia. Y es que es cierto que, dada la importancia de la vid para el hombre, su labor se ha visto sustancialmente mejorada por los adelantos de las diferentes técnicas aplicadas a la agricultura.

Si bien el cultivo de la vid cuenta con hitos tan importantes para su desarrollo como la labor que desempeña la Estación Enológica de Haro, es más que probable que estemos asistiendo a una de las revoluciones más singulares de su historia: el uso de drones. Un desarrollo tecnológico que bien puede considerarse una agro-revolución ya que puede ser un auténtico aliado para optimizar los procesos de cultivo. Y, lo que es más importante, la cosecha de un determinado viñedo.

La capacidad de poder observar el estado y evolución de las plantas puede convertirse en clave para las distintas bodegas. Una práctica que ya ha comenzado a implementarse en diferentes países, con especial incidencia en Alemania, con una buena tasa de resultados.

Así pues, evaluemos algunas de las aplicaciones de los drones en la viticultura para entender mejor su potencial. Para comprender más a fondo hasta qué punto pueden convertirse en una herramienta más de labranza.

LA VITICULTURA DE PRECISIÓN CON DRONES

Ver el viñedo desde los ojos de un pájaro, tanto en altura como aprovechando la capacidad de estos dispositivos de revisar de cerca y en detalle las plantas. La movilidad de los drones facilita realizar análisis exhaustivos de la productividad, pudiendo controlar de cerca cómo evolucionan los brotes o las uvas. Pero la cosa no se queda ahí. La movilidad de los drones permite conocer si hay una evolución de malas hierbas en una determinada planta, el estado de humedad de una determinada parcela o, incluso, detectar la presencia de plagas y hongos en una planta.

El uso de drones en viticultura

En resumen, los drones facilitan detectar no solo el estado de las plantas de vid sino, sobre todo, abren la puerta a controlar cualquier factor que pueda repercutir en el desarrollo de la vid y, por tanto, en la posterior cosecha. Algo posible no solo por su capacidad de compartir imágenes en tiempo real sino, también, por toda la tecnología asociada al desarrollo de los drones. Imagen termográfica para medir el estrés hídrico de una determinada planta o sensores multiespectrales para conocer la cantidad de luz que recibe son algunos de los dispositivos asociados a los drones aplicados a la viticultura.

Dadas todas estas ventajas, los drones repercuten en positivo en la producción. Pero no solo eso: además, permiten mejorar los procesos de labranza relacionados y, por tanto, optimizar los recursos para reducir los gastos asociados a cada vendimia.

Una forma de aliar tradición y tecnología para aumentar no solo el rendimiento sino, sobre todo, la calidad de la cosecha de vino.

UNA HERRAMIENTA EFECTIVA

Una de las principales ventajas del uso de drones en viticultura es su capacidad de llegar a cualquier parte. Una forma de saltar los escollos geográficos que, en muchas ocasiones, se dan en las plantaciones de viñedo. Gracias a su carácter volador, los drones pueden salvar desniveles importantes e, incluso, alcanzar espacios determinados del viñedo en circunstancias meteorológicas adversas.

Ventajas del uso de drones en viticultura

La mejor manera de comprender hasta qué punto el uso de drones en viticultura puede llegar a ser vital nada como pensar en la viticultura heroica de Galicia. Una que conserva el cultivo tradicional en bancadas trazadas ya en época de los romanos. Unas que se adaptaron a la orografía de la tierra, disponiendo las vides en terrazas que pueden llegar a alcanzar desniveles de 30 metros de altura.

En este contexto, tanto el mantenimiento de las vides como la recolección de la uva cobran cotas de dificultad máxima. Tanto que es preciso atender las plantas descolgándose con un arnés e, incluso, instalar vías para poder mover el fruto recolectado.

Para este tipo de zonas de cultivo, el uso de drones en viticultura puede ser clave. Una ayuda fundamental para poder realizar el seguimiento de las plantas de una manera cómoda, efectiva y, lo que es más importante, segura.