Carlos Serres

El alcohol en el vino

Cuando disfrutamos de un vino, damos por hecho que cuenta con un porcentaje de alcohol. Algo cuanto menos peculiar si volvemos al punto de origen y pensamos en la procedencia de cualquier caldo. Sí, no deja de ser inicialmente mosto de uva. Pero, precisamente, lo que lo diferencia de este zumo es el la fermentación del vino. Un proceso gracias al cual los azúcares presentes en el mosto se transforman en alcohol. Podría parecer arte de magia pero, realmente, es solo cuestión de química. Mágica química.

Pero, a pesar de saber que todo vino cuenta con un porcentaje de alcohol, una duda recurrente es saber a qué responde éste. Porque, si nos tomamos cierto tiempo para saber cómo entender la etiqueta de un vino, podremos comprobar que las distintas etiquetas conllevan distintas graduaciones alcohólicas.

Vayamos más allá de las etiquetas para comprender el peso del alcohol en el vino. Una forma de ahondar, un poco más, en su apasionante mundo.

¿CUÁNTO VOLUMEN DE ALCOHOL SUELE TENER EL VINO?

Una buena pregunta. Comencemos sabiendo que, salvo los vinos de Jerez y de Oporto, cuenta con más de un 15% de volumen de alcohol. Un porcentaje que supone un auténtico ecuador, ya que el azúcar no puede transformarse en alcohol a partir de esa cantidad. Sin embargo, en las regiones cálidas sí es posible encontrar vinos con graduaciones alcohólicas superiores. La razón: el calor provoca una maduración mayor de la uva. Un detalle que está íntimamente relacionado con el descenso de su acidez y el aumento de su graduación alcohólica.

El volumen de alcohol en el vino

Más allá de estas curiosidades, los vinos suelen tener entre 9 y 15 grados. Hagamos una pausa en los grados mínimos porque ese número establece, precisamente, lo que se puede considerar vino con todas las de la ley. Además de esto, es importante saber que la concentración de alcohol no es aleatoria sino que responde a una auténtica pauta: los vinos blancos cuentan con entre 10 y 11 grados; los vinos tintos oscilan entre los 13 y los 15 grados.

Pero, más allá del tipo de vino, ¿de qué depende esta graduación alcohólica? La respuesta es sencilla: de la cantidad de azúcares que contienen las uvas. Y no: esto no depende únicamente de la madurez. Depende, también, del tipo de uva y de la climatología.

CLASIFICACIÓN DE LOS VINOS SEGÚN SU VOLUMEN DE ALCOHOL

Teniendo en cuenta estos aspectos, es importante conocer la clasificación de los vinos según su volumen de alcohol.

Vinos tintos

Entre 8 y 14 grados: es uno de los grados alcohólicos más habituales. Solo unos pocos caldos llegan a esos 15 grados máximos que mencionábamos antes.

Entre 14 y 23 grados: un momento. ¿Cómo es posible que un vino ronde esos grados alcohólicos si ya hemos comentado que los azúcares no se transforman a partir de 15? Pues bien. Antes hacíamos la salvedad de los vinos como el Jerez, el Fino o los vinos de Oporto. Y la razón para que rebasen esos 15 grados de máxima es sencilla: cuentan con alcohol adicionado. Esta práctica es la que permite la elaboración de vinos generosos con estas características.

Vinos blancos

Entre 8 y 11 grados: son los denominados blancos ligeros. El Ribeiro o el Txacolí son dos de sus máximos exponentes.

Blancos con 12 grados: son los blancos con más cuerpo. No suelen superar esa graduación.