Carlos Serres

Decantador: ¿qué es y por qué lo necesitas?

Es uno de los accesorios imprescindibles para cualquier amante del vino. Y, sin embargo, son muchas las personas que no acaban de comprender cuál es la importancia del decantador de vino. Un elemento que solemos ver en catas y restaurantes pero que, quizás, creemos que es secundario para disfrutar de vino en nuestras casas. Y no, no es así. Contar con un decantador no está reservado únicamente para profesionales. En realidad, el decantador de vino es prácticamente obligatorio para saborear determinados vinos en condiciones.

Pero vayamos paso a paso, porque comprender la magnitud de este accesorio pasa por entender, también, la decantación del vino. Un proceso que podemos ver como rutinario y que, sin embargo, puede ser clave en el caso de algunos caldos. Solo con un decantador podremos oxigenar convenientemente el vino. Y solo así éste podrá desplegar todos sus aromas, matices y personalidad.

Así que descubramos por qué el decantador es uno de esos accesorios imprescindibles en una vinoteca. La mejor manera de comprender por qué, sí o sí, hemos de contar con uno para disfrutar de nuestros vinos.

¿QUÉ ES UN DECANTADOR DE VINO?

Empecemos definiendo exactamente qué es un decantador. Algo sencillo si estamos familiarizados con su forma. Básicamente, se trata de una suerte de jarra con ciertas peculiaridades. Quizás carecer de asas podría llamarnos la atención pero, sin duda, es otro aspecto de su diseño lo que hará. Un decantador cuenta con una boca ligeramente engrosada, y una base sustancialmente mayor a su embocadura. Un detalle que no responde a caprichos de la creatividad sino, más bien, a la necesidad de conservar correctamente el vino para degustarlo.

Si bien es cierto que hay multitud de diseños, los decantados reúnen una serie de características fundamentales. Para empezar, deben estar elaborados en cristal transparente. Y no solo porque facilite la observación del vino para determinar su claridad o limpieza. Además, el cristal juega un papel decisivo conservando los grados del vino. Algo en lo que, lógicamente, entra en juega que hayamos respetado las temperaturas recomendadas para el servicio de los vinos.

Características de un decantador

Además de esto, cuentan con una capacidad aproximada de un litro. Algo que, nuevamente, no es accesorio. La intención es poder acoger dentro de sí el contenido de una botella de vino. Y es sabido que, de entre todos los tipos de botellas de vino existentes, la de 75 centilitros se ha convertido en la más habitual.

Y dejamos para el final el último detalle. Uno que, en realidad, ya hemos mencionado pero que es imprescindible en cualquier decantador: una boca sea ligeramente ancha. El objetivo, nuevamente, no responde a cuestiones estéticas: la intención es que evite el derramamiento del vino cuando se sirva.

El decantador de vino es un recipiente diseñado en forma de botella y acabado en una base cuyas dimensiones varían según la finalidad. Lo ideal es que el decantador sea de cristal y transparente, para mantener la temperatura de vino de forma independiente y poder apreciar su color.

¿CUÁLES SON SUS USOS?

Incluso más importante que poder identificarlo es entender su repercusión sobre un determinado vino. Y es que el decantador no tiene una única función en realidad. Pero, curiosamente, todas ellas inciden de manera determinante en cómo saboreamos y percibimos un caldo al entregarnos al arte de la cata de vinos.

Empecemos por la más conocida y, en realidad, la que mueve a quienes se inician en el mundo del vino a utilizar un decantador. Gracias a este accesorio, podemos oxigenar el vino. Un proceso que permite a un vino oxigenarse tras su paso por la botella y, al entrar en contacto con el aire, desplegar nuevamente sus aromas y permitir que se expandan. Pero no solo eso: oxigenar el vino permite eliminar algunos de los aromas negativos que se generan como consecuencia de la crianza en botella.

Decantador de vino

Además de esta función, el decantador también es importante para mejorar la experiencia de catar un caldo. El hecho de servir una botella de vino en el decantador permite separar los sedimentos y posos del vino de la parte líquida.

Y vayamos a por la última virtud: la posibilidad de mejorar el aroma de un vino joven. Airear un vino joven es la única manera de permitir que todo su bouquet pueda desplegarse en condiciones. La razón es sencilla: los vinos jóvenes suelen presentar menos aromas y menos alcohol que otros caldos que son candidatos perfectos para el decantador, como los Reserva y Gran Reserva. Sin embargo, decantar vinos jóvenes mejorará sustancialmente la experiencia de la cata.

Así que sí. La próxima vez que mires un decantador piensa en todas sus bondades. Unas que buscan únicamente un fin: permitirnos disfrutar todavía más de un vino.