Es, sin duda, una difícil tarea y más en un momento en el que ambas Denominaciones se han casi equiparado como emblemas de la riqueza del vino español. Distinguir un Rioja de un Ribera del Duero puede convertirse en una complicada hazaña, y no sobran motivos para ello.
Fundamentalmente, porque tanto una Denominación de Origen como la otra comparten algunos aspectos importantes presentes en la personalidad de sus vinos: por un lado, la uva Tempranillo como estrella de sus caldos; por otro, una similitud en las características de sus suelos (ambos de tipo calcáreo) que no hacen más que complicar su diferenciación.
Sin embargo y a pesar de todo, existen matices y aspectos que nos pueden ayudar a distinguir un Rioja de un Ribera del Duero. Y no hablamos de algunas que, sobre el papel, pueden parecer obvias: el clima de cada Denominación (no tienen nada que ver, e inciden también en el sabor de sus vinos), su antigüedad (Rioja cuenta con una trayectoria de Denominación mayor que Ribera del Duero) o el coupage (la proporción de uva Tempranillo utilizada en sus caldos; mientras Ribera del Duero estipula que al menos el 75% de un vino ha de proceder de esta uva, la Denominación de Rioja no marca una cantidad específica).
Hablamos, más bien, de distinguir un Rioja de un Ribera del Duero de la mejor manera: descubriendo sus diferencias en una cata. Unas que, si bien nos exigirán tener despiertos los sentidos, nos facilitarán esta tarea de diferenciar si un vino pertenece a una u otra Denominación.
TEXTURA, AROMA Y COLOR
Comencemos por esos aspectos básicos que suponen el punto de partida en el arte de la cata de vinos.
Para empezar, es importante saber que ese clima que mencionábamos antes será uno de los factores decisivos para distinguir un Rioja de un Ribera del Duero. Y no porque sepamos la procedencia de un determinado vino, sino por la personalidad que la climatología imprime en el caldo. El clima de la zona de producción de Ribera del Duero es más extremo que en el caso de Rioja. Esto hace que la uva esté más concentrada. Un carácter que se traduce en vinos de sabores y colores más intensos.
Sin embargo, los vinos de Rioja (marcados por esa misma climatología) cuentan con un sabor más afrutado y una textura que facilita su disfrute. Algo que se debe a que, gracias a contar con un coupage más versátil y en manos de los enólogos de cada bodega, los vinos de Rioja suelen presentar más mineralidad y cuerpo gracias a la presencia de Garnacha y Mazuelo en sus caldos.
Los aromas son otra de las señas de identidad de cada una de estas Denominaciones. Si bien este factor bien puede considerarse una generalización, sí es cierto que en el común de los vinos de Ribera del Duero su perfume está marcado por notas de frutos negros (como la mora), mientras que en el caso de los vinos de Rioja podremos identificar notas de frutos rojos (como la frambuesa o la fresa).
Por último, la astringencia es otra de las características que nos pueden ayudar a distinguir un Rioja de un Ribera del Duero. Si durante la cata, notamos una fuerte sensación de sequedad y rugosidad en la boca estaremos ante un vino de Ribera del Duero (un rasgo de su personalidad, esta astringencia, que se debe a una mayor concentración de taninos debido al clima de esta Denominación).
POTENCIA EN BOCA
Retomando esta concentración de taninos que marca su astringencia, los vinos de Ribera presentarán más potencia en boca que los de Rioja. Un valor determinante para distinguir un vino de una u otra Denominación, y que también es fundamental en el gusto del catador (que puede buscar sensaciones más intensas o más ligeras).
GRADOS DE ALCOHOL
Al igual que en lo que respecta a potencia y por las mismas razones, un vino de Ribera del Duero siempre tendrá una graduación alcohólica mayor que su equivalente (nos referimos a mismo tiempo de envejecimiento de un vino) de Rioja.
EL MARIDAJE COMO FACTOR DISTINTIVO
Dejamos para el final una de las características que pueden ayudarnos a cerrar esa cata para distinguir un Rioja de un Ribera del Duero: el maridaje. Un aspecto en el que podremos comprobar que tanto una como otra Denominación, por sus similitudes, pueden ser perfectos compañeros de determinados platos.
Sin embargo, mientras ambas son caldos perfectos para carnes, lo cierto es que los vinos de Rioja abren un abanico mayor de posibilidades de maridaje que los de Ribera del Duero. Mientras éstos últimos son vinos adecuados para platos contundentes y de sabores rotundos, los vinos de Rioja (por ese paladar amable que hemos mencionado y podemos saborear en una copa) pueden acompañar cualquier tipo de plato (incluso, y aún hablando de tintos, recetas con pescados grasos).
Cinco aspectos para distinguir un Rioja de un Ribera del Duero. Cinco claves que invitan e incitan a catar ambas Denominaciones buscando estas diferencias de las que hemos hablado.
Una manera ideal de ejercitar el paladar y, ¿por qué no?, de disfrutar de los sabores del vino.
Can I have this in English please?? I bought some of this wine while I was abroad a few years ago and I am, right now, drinking the last bottle. I would love to order more – but where??
Bought some of this wine a few years ago while abroad, I am drinking the very last bottle right now