Carlos Serres

Vinos untuosos: qué son y cómo reconocerlos

Como hemos visto en otras ocasiones, el vocabulario del vino computa como idioma propio. Uno sumamente definido, tanto a nivel técnico como sensorial, para poder expresar con palabras no solo su personalidad. También la experiencia que nos hace vivir cuando lo observamos, lo olemos o lo catamos. Lejos de ser inabarcable o complicado, conocer cómo explicar un determinado caldo es la única manera de adentrarnos en condiciones en el mundo de los caldos. Y, de querer hacerlo, está claro que hay un término que hemos de contemplar y conocer: los vinos untuosos.

Lógicamente, escuchar en sí esta catalogación genera en el primer impacto cierto descoloque. Tanto como preguntarse qué son los vinos secos. Y es normal: el término untuoso define la sensación que otros alimentos, habitualmente no líquidos, dejan en nuestra boca. Además, suele estar ligado a la presencia de aceites, mantequilla o grasas naturales en un determinado bocado. Entonces ¿qué relación tiene este término con el vino, si ninguno de esos componentes forman parte de ningún caldo?

Entendamos más a fondo qué significan los vinos untuosos. Cuáles son las cualidades que permiten a determinados caldos pasar a formar parte de esta selecta lista. Y, lo que es todavía más importante, cómo reconocerlos en una cata cualquiera.

QUÉ SON LOS VINOS UNTUOSOS

Empecemos apelando a la definición pura y dura de qué es un vino untuoso. Según el diccionario del vino, reciben esta calificación aquellos caldos de carácter oleoso que se adhieren en la copa y en la boca. Pero no es la única definición: también sirve para catalogar los denominados vinos amplios y muy suaves.

Dejando a un lado el diccionario, nada como bajar a tierra el concepto para comprenderlo plenamente. Se catalogan como vinos untuosos aquellos que tienen la propiedad de resultar suaves en boca. Pero no confundamos esto con falta de carácter: un vino untuoso es aquella que llena la boca de sabor y la recorre sin resultar pesado. Además de esta sensación, hay una serie de características que nos permiten identificarlo.

Qué son los vinos untuosos

Más allá de la suavidad, los vinos untuosos dan la cara por una característica: tener una personalidad ligeramente viscosa. Una que nos recuerda, muy de lejos, a la sensación de catar aceite. El motivo pasa por comprender parte de la química que se encierra en una botella de vino. Esa sensación oleosa responde a la presencia del glicerol. Un alcohol generado durante la fermentación del vino, que es responsable de ese punto de tersura que envuelve a un caldo.

Lejos de ser algo secundario, nada como entender otro concepto relacionado para comprender por qué muchos de los vinos de máxima calidad son catalogados como vinos untuosos. Es en este carácter, en esa sensación oleosa, sobre la que se sustenta buena parte del cuerpo de un caldo.

CÓMO RECONOCER LOS VINOS UNTUOSOS

Sin duda, conocer la definición y la teoría que define a los vinos untuosos está muy bien. Pero, como cualquier cosa relacionada con el mundo del vino, nada como pasar a la acción. O, dicho de otro modo, a conocer esas pistas que nos permitirán identificar y reconocer los vinos untuosos.

Nuevamente, serán nuestros sentidos quienes nos permitirán dar con la untuosidad de un vino. Y, en esta ocasión, el principal no será el gusto. Ni tan siquiera el olfato. Reconocer los vinos untuosos pasa por la vista en primer lugar. Será solo observando como podremos, más allá de teorías, identificarlos. Y es que podemos precipitarnos sin miedo a fallar en el diagnóstico si miramos con cierto detenimiento el rastro del vino sobre la copa.

Cómo reconocer los vinos untuosos

Las llamadas lágrimas del vino serán, sin lugar a dudas, el mejor indicativo de que estamos ante un vino untuoso. El caldo quedará adherido a las paredes de cristal, demostrando así ese carácter viscoso y oleoso que comentábamos antes. Cuanto más lento sea el recorrido de las lágrimas sobre el interior de la copa, más untuoso será el caldo. Y, por ende, más cuerpo tendrá.

Como comentábamos, en boca nos dejará una sensación plena ya que inundará todo y persistirá. Pero no será pesada sino, más bien, una capa sedosa que permitirá al caldo desplegar sus encantos. Y, en lo que respecta al retrogusto, su comportamiento es similar al que tiene en boca: persistirá. No tanto en aromas o sabores, pero sí en presencia.

Después de estas pistas ¿te animas a identificar vinos untuosos? Porque, por más que te lo contemos, solo hay una forma de hacerlo: catando.