Carlos Serres

Vinos de baja graduación

El mundo del vino evoluciona de la mano de las tendencias del mercado. Algo que hace que, si bien no se renuncia a las premisas tradicionales que forman parte de la bebida con más tradición y trayectoria de la Historia, se modernice no solo en lo que a procesos de elaboración del vino se refiere sino, también, en lo que a la oferta de los caldos se refiere.

De la misma manera que desde hace unos años podemos encontrar vinos varietales, una oferta original teniendo en cuenta la trayectoria española vitivinícola, o vinos para vegetarianos, un producto muy específico para un sector cada vez más grande de la población; el mercado de los vinos ha ido incorporando paulatinamente los vinos de baja graduación.

Unos caldos que, en gran medida, buscan satisfacer a aquellos paladares que quieren disfrutar de un vino que rompe completamente con el denominado «efecto Parker»: vinos con mucha estructura y corpulencia, suntuosos y complejos en boca y, por ende, con una buena graduación.

Un efecto rebote al camino trazado por este prestigioso enólogo, y que encuentra su público entre amantes del vino que buscan experiencias de sabor más delicadas. Algo que, más allá de las modas, podría tener otras muchas otras explicaciones.

TENDENCIA A UNA MENOR GRADUACIÓN ALCOHÓLICA

En un mundo en el que el término light se ha impuesto, hay un público cada vez mayor que demanda vinos de baja graduación. Algo que, más allá de cuestiones de sabor o de intensidad, se basa fundamentalmente en la percepción de que un vino con menos grados será menos calórico.

Copa de vino

Sin embargo y ajeno a las modas, el mundo del vino se ha visto acompañado de una curiosa disciplina que, uniendo tecnología y comportamiento humano, se promete como el ojo que todo lo ve en lo que respecta a las reacciones físicas que se generan ante el consumo de un determinado producto o la exposición a un ambiente de compra. Hablamos de la neurociencia: una nueva compañera en el mundo del vino que vendría a sumar argumentos al porqué de los vinos de baja graduación.

Y es que, tras numerosos ensayos, esta disciplina ha demostrado que son muchos los consumidores cuyos cerebros reaccionan químicamente mejor a vinos con menos grados que a vinos con más potencia. Estudios que argumentan que los estímulos y corrientes sensoriales que se generan en el cuerpo son más positivos cuando el vino que catamos es de menor graduación.

Y, aunque está claro que en cuestión de gustos no hay nada escrito y que los vinos con mayor graduación y complejidad precisan de paladares más expertos, esta ciencia habría sido definitiva para encauzar a un gran número de bodegas de las principales regiones vitivinícolas del mundo hacia la creación de vinos de baja graduación alcohólica.

Una manera perfecta de llegar a todos los paladares, ofreciéndoles lo que buscan con más o con menos grados.

 

 

VINOS POR DEBAJO DE LOS 14º

Más allá de estos factores, también es interesante saber que existen otros motivos para que el mercado del vino oferte, cada vez más, vinos de baja graduación. Y es que para aquellos caldos con vocación de exportación, la graduación puede ser un handicap. Nos referimos a que el gravamen de aranceles e impuestos que se impone a los vinos por encima de 14º determina también el esmero en crear caldos que no lleguen a esa graduación.

Variedad de uvas del vino

Una forma de poder perpetuar la presencia en el mercado internacional, sin alterar su valor competitivo de mercado. Y, simultáneamente, un auténtico esfuerzo por parte de las bodegas para conseguir variedades con menos azúcares que reaccionen en fermentación generando menores contenidos alcohólicos. Algo que no solo se logra adelantando la cosecha sino, también, a indagar en nuevas técnicas de cultivo y tratamiento del terruño para poder conseguir no alterar la esencia del sabor de una tierra aún renunciando a los grados.

Un nuevo panorama en el mundo del vino que vendría a abrir todavía más el abanico de opciones de sabores, intensidades y aromas.

Uno tan amplio como amantes de los caldos existen.