Septiembre es, probablemente, el mes más importante para el vino. Uno en el que, tras el calor del verano, la uva está lista para su recolección. La época en la que los viñedos son un hervidero de vida, y en la que comienza el momento más importante del año. Porque, a pesar de que el proceso de elaboración del vino es clave para un caldo, no lo es menos la vendimia artesanal. Esa labor que recoge con sumo mimo la uva para elaborar, con el mismo cuidado, cada vino.
La vendimia artesanal es fundamental tanto para los vinos de Carlos Serres como para los de La Rioja. Forma parte de nuestro ADN y, por tanto, de nuestros caldos. Una época en la que se suceden desde tiempos inmemoriales diferentes celebraciones en toda La Rioja. Una manera de conmemorar el pasado y el presente de nuestra tierra.
Pero más allá de su importancia, la vendimia es un momento que merece ser conocido a fondo por sus peculiaridades pero, sobre todo, por su relevancia. Conocerla de cerca supone comprender su relevancia pero, también, lo mucho que se debe a su pasado.
¿CUÁNDO ES LA VENDIMIA EN LA ZONA DE LA RIOJA?
En líneas generales, la vendimia se lleva a cabo desde finales de julio hasta octubre. Un abanico temporal amplio que responde a un motivo: el estado de la uva. Solo cuando la uva alcanza el grado óptimo de madurez es momento de recolectarla. Un hecho que no se da de igual manera en todos los países y regiones vitivinícolas del mundo, sino que depende de factores climatológicos como la incidencia de lluvias o las horas de sol del verano.
Por sus peculiaridades, La Rioja tiene su propia época de vendimia. Y, curiosamente, es tardía comparada con otras zonas productoras de vino. Una elección que no se hace a la ligera, sino que busca conseguir la mayor número de azúcares posible en cada fruto. Habitualmente, la uva en nuestra tierra se comienza a recoger a finales de septiembre o, incluso, a principios de octubre. Una labor que, por su laboriosidad, se demora incluso hasta el mes de noviembre. Y es que la vendimia es un proceso que, por sus características, conlleva entre 30 y 40 días de trabajo.
CURIOSIDADES SOBRE LA VENDIMIA
Por su singularidad y tradición, la vendimia es una labor plagada de curiosidades. Una tarea que, todavía hoy, conserva en su práctica buena parte de las pautas de romanos, fenicios e, incluso, de los primitivos celtíberos. Pueblos para los que el vino era una parte imprescindible de sus vidas, y que sentaron las bases de una actividad que hoy, a pesar de los avances tecnológicos, continúa ejecutándos prácticamente de la misma manera.
Resulta singular saber, también, que buena parte de la vendimia como la conocemos se la debemos a los egipcios. Y es que, ya en la Antigüedad, este pueblo recolectaba la uva de una manera prácticamente igual a la actual. Y no solo eso: tanto el pisado de la uva, que lo realizaban los propios vendimiadores, como las celebraciones del final de la cosecha también datan de entonces.
No es la única de las curiosidades sobre la vendimia que implica mirar al pasado. En la Antigua Roma, uno de los pueblos responsables de que el cultivo de la vid se extendiera por toda Europa, esta labor de recoger la uva estaba marcada por dos pautas muy singulares. Por un lado, que solo podían realizarla mujeres empleando únicamente sus manos o, como mucho, una tijera. Por otro, que la recogida de la uva seguía un patrón propio: solo se recolectaban las uvas que estaban expuestas al sol, descartando las demás.
Y sí, también: el final de la cosecha también se celebraba por todo lo alto. Presuntamente, para honrar a Venus y Júpiter y pedirles con la fiesta que protegieran el campo. Un punto de partida que solía desembocar en una auténtica bacanal que, cómo no, honraba a otro de los dioses mitológicos del vino: Baco.
TRABAJAR EN LA VENDIMIA, UNA FORMA DE TURISMO PECULIAR
A día de hoy, la vendimia no está reservada únicamente a las bodegas o a los agricultores que trabajan la tierra. Poder formar parte de ella se ha convertido en parte de la oferta del enoturismo, una manera distinta de viajar.
Y es que poder involucrarse en una jornada de vendimia no es solo saber cómo se lleva a cabo, cuáles son sus particularidades. Supone, también, conocer la tradición de nuestra tierra en primera persona; y comprender el mimo y el peso que esta labor del campo tiene para cada uno de los caldos que podemos disfrutar.
Una oportunidad de vivir nuestra identidad y tradición en el momento más hermoso del año para nuestros viñedos.