Sí, has leído bien. Y no: no hemos invertido el orden de las palabras. Por increíble que parezca, hay un buen número de perfumes con aroma a vino. No nos referimos a fragancias basadas en la uva en cualquiera de sus variedades. Algo que bien podría ser ya que, curiosamente, el porcentaje de colonias que incluyen este bien de la tierra es más que elevado. Nos referimos, simple y llanamente, a perfumes que exploran los matices olorosos del vino como parte de nuestro sello personal.
Eso es precisamente un perfume: un accesorio más de nuestra personalidad. Una manera de dejar nuestra propia impronta, de construir nuestra imagen. De convertir una determinada fragancia en parte de quienes somos, consiguiendo que el mero hecho de olerla haga que nos recuerden. ¿Curioso, verdad? Gran parte de esta descripción de qué es un perfume puede equipararse con lo que podemos sentir al entregarnos al arte de la cata de vinos y descubrir qué se esconde más allá del cristal de la botella. Quizás, a pesar de las primeras apariencias, sea perfectamente lógico que aquellos apasionados del vino puedan contar con un perfume inspirado en su pasión.
E incluso, yendo un paso más allá, que puedan inclinarse por aquellos aromas por los que sienten especial predilección.
VINO Y COSMÉTICA, UNA ALIANZA QUE FUNCIONA
La relación entre vino y cosmética se ha ido imponiendo a lo largo de la última década. Los descubrimientos en torno a qué es el resveratrol y sus múltiples propiedades antioxidantes han hecho de la uva uno de los ingredientes fundamentales de un buen número de cremas y productos cosméticos. Y yendo un paso más allá, no podían faltar los perfumes con aroma a vino. Una incorporación a este mercado de carácter modesto en cuanto a número pero no por eso menos reseñable.
Veamos algunas de las fragancias que nos permitirán despertar nuestro olfato constantemente. Y no solo eso: incluso, en su gran mayoría, nos permitirán afilar nuestros sentidos para ser capaces de conocer más y mejor los distintos aromas del vino.
Kelly& Jones Wine Notes
Probablemente, la colección de fragancias con aroma a vino más extensa. Y es que, lejos de ser un perfume sin más, la firma cuenta con ocho propuestas diferentes divididas en dos colecciones: una dedicada a distintos tipos de uvas, y otra inspirada en los olores de los viñedos. Pasión de la buena, sin duda.
La historia de Kelly& Jones Wine Notes es una mezcla entre curiosidad y casualidad. Su creadora, Kelly Jones, tuvo la idea de dar forma a estas fragancias tras asistir a distintas catas de vino y descubrir, de casualidad o con toda la intención, que un caldo mezclado con su colonia habitual hacía de esta una mezcla mucho más agradable. Sería así como comenzaría su singular alquimia, hasta crear una primera línea de perfumes con nombres como Chardonnay, Merlot o Riesling. Los nombres no dejan lugar a dudas de qué podemos disfrutar dentro de cada frasco.
Dejando de un lado la parte anecdótica, esta colección de fragancias tiene algo más que positivo. Y es que disfrutar de la esencia de cada uva por separado nos permite meternos de lleno en sus aromas y matices. Una manera singular, sin duda, de ahondar en el carácter de cada uva para ser capaces de identificarlas como parte de un determinado vino.
Aromas del vino Malbec
Si con la propuesta anterior teníamos dudas de cuál había sido la motivación de su nacimiento, en este caso no la hay. Es más: este perfume se ideó para educar el olfato de los aficionados del vino. Una manera de ayudarles a comprender la uva que protagoniza la fragancia: la Malbec. Una de las más características de los viñedos de Argentina.
Fruto de esa casualidad, nació este perfume. Concebido de manera original para un público masculino, su descripción pisaba ¡y mucho! el terreno del vino. Tanto que este perfume pone en valor que, en su aroma, destacan los «aromas a ciruelas muy maduras, mermeladas de mora y guinda». El parecido con una ficha de cata al uso no es casualidad, sin duda.
Rhea
Un homenaje a la mitología griega que, incluso en la forma de su botella, nos recuerda de alguna manera al ánfora, ese elemento clave para el transporte del vino en la Antigüedad. Dos aspectos que lejos de ser secundarios, son una auténtica declaración de intenciones: Rhea es el nombre griego de la diosa Cibeles, la diosa de la Madre Tierra. Un ser al que rinde tributo esta fragancia femenina creada con vino blanco.
Y decimos vino porque según sus creadores, el proceso de elaboración es sumamente parecido al de un caldo. Tras extraer el alcohol de la uva, este líquido permanece en barricas de roble francés durante dos semanas.
¿Te animas a disfrutar de uno de estos perfumes con aroma a vino?