No hay amante del vino que no quiera ir, cada vez, un paso más allá en este apasionante mundo. Descubrir un vino nuevo incita a buscar el siguiente candidato. Ser capaces de reconocer un determinado aroma nos agudiza el olfato y nos reta a descubrir otros. No cabe duda que el mundo del vino despierta un gusanillo especial. Uno que se siente con los cinco sentidos, y en cuyo imaginario cabe el sueño de llegar a entender como un sumiller. Un auténtico desafío pero, también, una increíble satisfacción personal.
Ser sumiller profesional demanda un estudio profundo no solo del mundo del vino: también exige un conocimiento amplio de cualquier aspecto involucrado en él. Supone entrenar los sentidos para ser capaz de desgranar los secretos de una copa. Implica, también, probar y probar vinos para mantener rico ese universo de aromas, perfumes y sabores que forma parte de la vida de un sumiller.
Está claro que ser sumiller es una carrera de fondo. Pero, sin apuntar tan alto o sin tener tanta entrega, serlo de manera amateur puede reportarnos muchas alegrías. Pero ¿qué necesitamos para ello? Veámoslo en detalle.
4 CONSEJOS PARA INICIARSE EN EL MUNDO DEL SUMILLER
No vamos a negarlo: ser sumiller profesional es una labor ardua y que no se logra de cualquier manera. No solo implica contar con la predisposición natural de interpretar aromas y sabores. También supone una carrera personal y profesional para hacer a lo largo del tiempo. Para valernos, también, de ese tiempo como aliado para descubrir caldos e, incluso, países y regiones vitivinícolas de Europa o del mundo.
Sin llegar tan lejos o a algo tan profesional, podemos conformarnos con cultivar nuestros sentidos. Una manera genial de iniciarse y profundizar en el mundo del vino, y alimentar ese gusanillo que suele acompañarlo.

1. Hazte con libros relacionados con el vino
Aunque tu intención sea, únicamente, sentirte sumiller amateur; estudiar es prácticamente obligatorio. Y sí: está claro que el vino tiene mucho de práctica más que de teoría. Pero no nos engañemos: hay muchos aspectos que tendremos que estudiar en condiciones. No nos referimos únicamente al vocabulario del vino. Lo hacemos, también, a ahondar en aspectos tan importantes como las características de los caldos de distintos lugares, las particularidades de cada tierra o, incluso, los efectos que su clima característico tiene sobre las uvas.
Y para ello, nada como hacerse con algunas publicaciones que nos ayudarán a ampliar nuestro conocimiento vinícola. Muchos de ellos forman parte de las listas de libros sobre vino para regalar. Así que, si quieres ser un sumiller amateur, da instrucciones claras para tus próximos cumpleaños y demás celebraciones. Bien para quien te regalé, que no tendrá que buscar ser original o sorprender; y bien para ti, que podrás alimentar intelectualmente tu pasión.
2. Apúntate a un curso de cata
Pues plantearte trucos para fingir saber que sabes de vinos. Pero no nos engañemos: saber de verdad es infinitamente más reconfortante. Por eso, formarse es imprescindible. Y la mejor manera de hacerlo es aprendiendo más de los caldos de una manera práctica. Solo así podremos entrenar nuestros sentidos, aprender a identificar aromas y ser capaces de entregarnos al arte de la cata de vinos con cierta solvencia.
Asistir a un curso de cata no solo ampliará nuestro conocimiento sobre el vino. También nos permitirá intercambiar opiniones con otros enamorados del vino y aprender de ellos.

3. Crea tu propia bodega
Cualquier sumiller que se precie tiene que tener su propia bodega. Una pequeña compilación de botellas que no se hacen a la ligera sino, más bien, mediante una cuidada selección.
Disponer de ella no solo es una buena oportunidad para poder probar los caldos que deseas. También es una forma genial de conocer de cerca un aspecto que también es responsabilidad de cualquier sumiller: cómo almacenar correctamente el vino y cómo evoluciona, incluso bien conservado, a lo largo del tiempo.
4. ¡No dejes de catar!
Y dejamos para el final un punto tan importante como los anteriores pero, sin duda, mucho más reconfortante. Y es que profundizar en el mundo del vino conlleva probar ¡y probar mucho! Una forma de descubrir a fondo la personalidad de un caldo pero, también, de poner a prueba nuestros sentidos y percepción ante él.
Cuatro pasos sencillos que te permitirán conocer más y más del vino. Cuatro consejos ideales para hacer de los caldos parte de tu vida.