Carlos Serres

Historia del vino en América

Como ya hemos mencionado en otras ocasiones, la historia del cultivo de la vid se escribe de la mano de la historia del hombre. Un paralelismo fascinante que, a pesar de tener sus orígenes en Egipto, ha conquistado buena parte del globo. Y es que, más allá de los países y regiones vitivinícolas de Europa, la presencia de la vid se da en lugares tan remotos a sus orígenes como Australia.

Por una cuestión histórica, el continente americano también fue colonizado en su momento por esta singular planta. Una con una increíble capacidad de adaptación al medio que, transcurridos los siglos, ha sabido encontrar su lugar en latitudes muy diferentes a las de sus orígenes. Unas que permiten que, incluso, haya un buen número de referencias de vinos de California, Argentina o Chile.

Pero ¿cómo llegó la vid a América? Hay que tener en cuenta que el continente americano ya contaba con presencia de vides silvestres, si bien no existen evidencias históricas de que se utilizaran para la elaboración del vino. Sería gracias a los viajes españoles, con Cristóbal Colón a la cabeza, como se introduciría su cultivo en el Nuevo Continente. Sin embargo, no estaría en su mano el comienzo del cultivo de la vid sino únicamente la llegada del primer vino a América.

Y es que el aventurero más insigne de nuestra historia viajaba con unas botellas de vino de Rivadavia. Por entonces, el más caro y afamado de la Península Ibérica.

LA INTRODUCCIÓN DE LOS PRIMEROS SARMIENTOS

A pesar de que se le atribuye a Colón este mérito, lo cierto es que no sería él el responsable de introducir la vid en el continente americano. De hecho, serían necesarias algunas décadas para que esta planta comenzara a poblar sus tierras. Lo haría de la mano de Hernán Cortés, el entonces Gobernador de México. Un hombre que, en 1525, ordenó la plantación de viñedos traídos de España en las tierras colonizadas.

Hernán Cortés y la historia del vino en América

El cultivo no solo arraigó con facilidad sino que, en un corto plazo de tiempo, se había extendido a buena parte de las regiones de cultivo del Virreinato de Perú, que comprendía desde Panamá hasta Chile. Algo que no fue visto con buenos ojos desde España, ya que esto podía procurar que los territorios colonizados fueran autosuficientes. Para evitarlo, en 1595 la Corona española vetó la posibilidad de contar con nuevas plantaciones en cualquier parte de sus dominios al otro lado del Atlántico. Un decreto real que duró cerca de siglo y medio.

Sin embargo, el edicto real contaba con una salvedad: el cultivo de la vid por parte de los jesuitas. Una dispensa sustentada en la imperiosa necesidad de contar con vino para la celebración de la Eucaristía. Sería así como esta orden religiosa llevaría, de la mano de su misión evangelizadora, el cultivo de la vid primero hasta Argentina y, un siglo más tarde, a la Baja California.

Los jesuítas y la historia del vino en América

Es tal el peso que se le atribuye a los jesuitas en la historia del vino en América que la variedad de uva recibió, en Norteamérica, el nombre de «uva de la misión».

REGIONES VINÍCOLAS DE AMÉRICA DEL NORTE

Como herencia de ese pasado colonial, California sigue liderando el grueso de las hectáreas dedicadas al cultivo del viñedo en Norteamérica. Aunque el país cuenta con otras regiones vitivinícolas, como Washington, Oregón y Nueva York; suponen un porcentaje menor con respecto a esa zona sur del Pacífico en la que los viñedos son protagonistas.

El peso del vino en Norteamérica es tal que supone el cuarto productor a nivel mundial de vino tras Italia, España y Francia en ese orden. Según los datos aportados por la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), la producción de vino norteamericana en 2017 fue de 23,9 millones de hectolitros.

Una cantidad que supera en un 10% la producción registrada en 2015, y que es producto de las más de 3.000 bodegas que hay en el país. Un número de las cuales 1.200 se encuentran en California.

REGIONES VINÍCOLAS DE AMÉRICA DEL SUR

El cultivo de la vid está presente en buena parte de los países de Suramérica. Sin embargo, tan solo dos son realmente significativos en cuanto a producción: Argentina y Chile. Dos países que se pelean el liderazgo, si bien ha sido hasta hace muy poco el país de La Pampa el protagonista. Algo que se refleja, incluso, en que el vino es la bebida oficial del país.

Regiones vinícolas de América

Y aunque Argentina ha encabezado durante décadas no solo su posición de productor sino, también, de exportador; Chile ha sabido ganarle la delantera.

A pesar de ellos dos, no son los únicos países que han ido escalando terreno. Brasil también se sitúa dentro del ranking de los 20 países productores de vino del mundo, en un modesto 19 puesto; junto con Uruguay, con una excelente geografía para el cultivo de la vid, y México, con una producción que sobrepasa las 100.000 toneladas anuales.

Un continente en el que, de norte a sur, la vid es protagonista.