Las botellas de vino suelen despertar curiosidad e, incluso, levantar pasiones. Son muchos los que se han dejado llevar por un determinado diseño a la hora de elegir un vino. Mientras, para otros, lo singular es observar su forma o tamaño. Algo lógico si tenemos en cuenta que nuestras retinas están más que educadas en unos pocos formatos. El más común, el de 75 cl. El de las grandes celebraciones, esa botella Magnum que parece haber sido creada únicamente para descorcharse en lo alto de un podio.
Sin embargo, el mundo de los tamaños de las botellas de vino es mucho más amplio. En realidad, lo que sorprende es saber que muchos de ellos tienen nombres singulares con los que se identifican. O que, incluso, están diseñadas específicamente para albergar en su interior un determinado tipo de vino.
Para romper con ese mito popular de que los tamaños de botellas de vino no varían, queremos ahondar un poco más en ellas. Para descubrir más de un mundo apasionante que permite meterse más de lleno en el mundo del vino. Y es que creer que solo existe la botella de 75 cl. es como pensar que los aromas del vino se resumen en unos pocos.
Un error a subsanar para valorar todavía más la importancia de la botella de vino.
LA BOTELLA DE 75 CL, EL TAMAÑO ESTÁNDAR
A pesar de que existen distintos tipos de botellas de vino, estamos acostumbrados a ver un tamaño determinado. Y es que la botella estándar es la de 75 cl. El motivo para utilizar este tamaño cuenta todavía hoy con múltiples teorías. Unas que, al igual que el vino, se remontan a muchos siglos atrás.
Para algunos, el origen de esta botella podría estar nada menos que en la Antigua Roma. Se estima que, allá por el siglo I D.C., la ración diaria de vino que se consumía por persona se estipulaba en esa cantidad. También resulta curioso saber que, de aquella, el vino se mezclaba con agua. Una manera no solo de estirar las reservas de caldo sino, también, de menguar los efectos del alcohol. Ligado con esta teoría, existe otra paralela que atribuiría a los sopladores de botellas este tamaño. Se cree que, por una cuestión de capacidad pulmonar, no podían elaborar botellas de un tamaño mayor de una sola soplada. Haberlo hecho conllevaría tener que soplar varias veces, haciendo el proceso más lento y costoso.
Sin embargo y a pesar de lo singular de esta historia, tiene más peso otra teoría. Otra que se remonta a la Edad Media. Una época en la que imperaba la medida inglesa del galón para el comercio. Nuestros 750 ml no dejan de ser un quinto de un galón inglés. Y se presume que quienes comerciaban, transportaban y almacenaban vino habrían encontrado en este tamaño el ideal tanto para el transporte en los carros de la época como para su venta.
Sea cual fuere el motivo real, lo cierto es que la botella de 75 cl es hoy la de uso común en el mundo del vino.
¿CUÁNTOS TAMAÑOS DE BOTELLAS DE VINO DIFERENTES HAY?
Si bien pueden existir otros modelos, lo cierto es que los tipos de botellas de vino se aglutinan fundamentalmente en diez modelos además del estándar. Un número al que cabe sumar esos tamaños especiales que, en ocasiones, se diseñan tanto para botellas conmemorativas como, por ejemplo, para medios de transporte.
Más allá de estas excepciones, lo habitual es que las botellas de vino que encontremos se encuentra dentro de la catalogación que vamos a ver a continuación. Y, siguiendo con las curiosidades, otra singular: un buen número de los distintos tipos de botellas de vino tienen nombres bíblicos. ¿Por qué? Sigue siendo un misterio.
Veamos, pues, esos otros diez tamaños de botella y sus capacidades:
- Benjamín: la cantidad ideal para quienes solo quieren tomar un par de copas. Equivale a 20 cl de vino, un cuarto de una botella estándar
- Media: como su nombre indica, es de 37.5 cl. La mitad de una botella estándar
- Clavelín: 62 cl
- Mágnum: la botella de las grandes celebraciones. Cuenta con litro y medio de vino. Equivale a dos botellas estándar
- Jeroboam: tres litros de vino
- Rehoboam: el equivalente a seis botellas. Cuatro litros y medio
- Matusalem: seis litros
- Salmanazar: equivale a 12 botellas estándar, 9 litros
- Baltasar: uno de los formatos más grandes. 12 litros
- Nabucodonosor: el más grande de todos, 15 litros