Todo amante del vino quiere vestir el momento de disfrutar de una botella como corresponde: como un auténtico ritual con siglos de tradición. Y es que alrededor de ese vidrio en el que se ha criado cuidadosamente un caldo existe un auténtico protocolo. Una puesta en escena en la que prácticamente nada es al azar sino que cada cosa tiene un cometido determinado.
Precisamente para poder cumplirlo fielmente, es importante que a nuestra botella le acompañen los accesorios que nos facilitarán saborear la experiencia. Y, si bien creemos que todo es tan sencillo como tener un sacacorchos, nos equivocamos: es cierto que es un básico, pero también es verdad que tendremos que contemplar otros accesorios imprescindibles en una vinoteca.
Quizás por el peso específico del vino en nuestra sociedad, el mundo de estos complementos ha evolucionado de una manera pasmosa tanto en la oferta como en la forma. Y es que ni siquiera el diseño se escapa de convertir el aura en torno al vino en algo todavía más místico, si bien hay aspectos fundamentales a cuidar (como la temperatura recomendada de cada vino) que influirán todavía más en la experiencia.
Sin embargo, perdámosle el miedo: no es necesario un gran despliegue de accesorios para tener una vinoteca sino, más bien, los imprescindibles. Aquellos que repercutirán directamente en la experiencia de disfrutar de un caldo, los que de una manera discreta contribuirán a conformar nuestra vinoteca.
Pasémosle revista a cinco accesorios imprescindibles en una vinoteca que, sí o sí, tendremos que tener:
1. Copas ISO
O, lo que es lo mismo, la copa estándar que nos permitirá catar cualquier tipo de vino. Cuenta con unas medidas sumamente específicas (tanto que son las únicas admitidas en cualquier concurso de cata) y, aunque sea en un entorno doméstico, nos facilitarán sumergirnos todavía más en el mundo del vino. Llama de ellas la atención que es un modelo diseñado en los años 70 por el Maestro del Vino Michael Broadbent y, todavía hoy cuatro décadas más tarde, continúan siendo la copa por excelencia.
2. Decantador
Lejos de ser un accesorio sin más, bien podría decirse que es un complemento tan protagonista como puede serlo la propia botella (sobre todo cuando hablamos de vinos Reserva o Gran Reserva, que necesitarán forzosamente cierta aireación para poder desplegar sus aromas y personalidad). Si bien el decantador mantiene unos cánones estrictos (ser de cristal translúcido y contar con una embocadura estrecha que se abra en la base), lo cierto es que su aspecto ha variado con el paso del tiempo hasta convertirse en una pieza de diseño dispuesta a vestir con elegancia cualquier vino.
3. Kit de vino
Un auténtico básico que no puede faltar, sobre todo porque en él encontraremos todo lo necesario para poder descorchar una botella y disfrutarla correctamente. Cuando nos referimos a kit lo haremos mencionando tres elementos fundamentales para su disfrute: sacacorchos (tanto manual como automático), termómetro (vital para comprobar que la temperatura de servicio del vino es la adecuada) y anillos antigoteo (más que útiles para los que buscan constantemente consejos para servir el vino sin salpicar). Está claro que a este básico se le pueden sumar muchas más cosas, pero también es cierto que con estos tres accesorios veríamos cubiertas nuestras necesidades.
4. Cubitera
Un recurso necesario para poder mantener esa temperatura de cada vino en la que tanto insistimos. Al igual que sucede con los decantadores, el mundo de las cubiteras también ha estado íntimamente unido al del diseño. Más allá de su forma, lo único que tenemos que tener claro a la hora de elegirla es que sea de acero inoxidable (facilitará mantener la temperatura) y que cuente con un diámetro lo suficientemente ancho como para que nuestra botella repose ligeramente inclinada.
Cuatro accesorios imprescindibles en una vinoteca que podemos ampliar con otros sencillos (como un paño antigoteo o escupideras y fichas de cata, en caso de que queramos sumergirnos en cómo catar un vino) pero sin perder de vista lo más importante.
Que con más o menos atrezzo, lo más importante es descorchar y disfrutar del vino. Una experiencia única más allá de aquello con lo que decidamos acompañar el momento.